Equilibrista

©Por Sandro Centurión

Cabral y Kirchner, Lunes, 13,15hs. Dos bidones rojos de 30 litros cargados de combustible, uno encima del otro haciendo equilibrio sobre el cuadro de una scooter 110, desvencijada y humeante. Al muchacho que maneja la moto no logro verle el rostro por completo porque lleva casco, pero se me hace joven. Ataja con una mano los bidones, los reacomoda para que no caigan, y con la otra mano acelera para que no se le apague la moto. Se ha detenido a mí lado en el semáforo. Es un equilibrista. Tiene la visera levantada, y en el espacio que se genera entre la visera levantada y la superficie del casco logró meter un paquete de Rodeo. Aprovecha el rojo del semáforo y el logrado equilibrio de los bidones para tomar un cigarrillo del paquete que lleva incrustado en el casco. Lo deposita hábilmente entre los labios y ahora con la mano libre busca el encendedor en el bolsillo del pantalón y enciende su vicio, a 20 centímetros de 60 litros de combustible.

— Capo, ¿te quedaste sin nafta? —Me animo a preguntarle.
Se ríe con una sonrisa vacía de dientes.
El semáforo cambia a amarillo, y el muchacho acelera y rumbea hacía el río, ese que hace las veces de frontera con el Paraguay.
Verde.

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