Trampa

©Por Sandro Centurión

Coronel Bogado y Sargento Acosta, Martes 14,00hs. Una BMW X6, enorme como brontosaurio, de color indefinible entre el azul cobalto y el celeste cielo; las ruedas enormes y la tecnología de última generación le dan un evidente andar confortable y silencioso como una sombra. No frena, los autos modernos son irrefrenables, este se detiene, entra en pausa, aletarga su carrera. A su lado se posiciona una ruidosa zanella 110 manejada por un joven; albañil, por la pinta y las herramientas que carga con esfuerzo. Mira de reojo la super camioneta que aguarda en el semáforo. La luz roja del semáforo es la única razón que hace coincidir semejante asimetría en el mismo espacio tiempo. El muchacho, al igual que todos los que esperamos en el semáforo, observa  al enorme e inalcanzable vehículo. Mira al monstruo de pies a cabeza, como si acaso aquello tuviera vida propia. Mira la camioneta y mira el semáforo en rojo. Encorva la espalda y juega con el acelerador como si estuviera en una pista de largada. La luz sigue en rojo cuando él joven acelera a fondo y la moto desaparece en los intestinos del barrio dejando una estela de humo gris sobre la moderna camioneta. Sabe que para muchos, en estos días, la única manera de ganar una carrera es haciendo trampa.

Verde.

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